30/04/2001 7 Minutos de lectura

Clase Mundial en el Campeonato Mundial de Junior Masculino

El equipo del Softball Australiano de hombres jóvenes, menores de 19 años fue desde el comienzo delineado como el favorito para tomar nuevamente el título. La presión en ellos fue inmensa. No solo porque el VI Campeonato Mundial Junior Masculino de la ISF, estaba siendo jugado en su propio terreno, sino que ellos tenían la ardua tarea de defender el Título Mundial de Australia, ganado cuatro años atrás en Canadá.

El Centro Olímpico de Blacktown será siempre conocido por muchos, como el hogar del Programa del Softball Olímpico de Sydney 2000. Con pancartas azules destellando círculos de oro que todavía vuelan en la brisa del atardecer, para un grupo de diecisiete jóvenes. Blacktown significa solo dos cosas – El Mundial 2001 del Junior en Lanzamiento Rápido y Oro, Oro, Oro.

El equipo del Softball Australiano de hombres jóvenes, menores de 19 años fue desde el comienzo delineado como el favorito para tomar nuevamente el título. La presión en ellos fue inmensa. No solo porque el VI Campeonato Mundial Junior Masculino de la ISF, estaba siendo jugado en su propio terreno, sino que ellos tenían la ardua tarea de defender el Título Mundial de Australia, ganado cuatro años atrás en Canadá.

“Jugando en su país es como jugar en su propio patio” El Jefe Entrenador del Equipo Australiano, Lindsey Carroll dijo antes del Campeonato: “El apoyo de la gente será positivo, pero éste puede conducir también a la distracción y a hacer crecer las expectativas sobre la ejecución”.“El Equipo también tiene mucho que cumplir con el Equipo del 97, ganador del título cuatro años atrás. Pero este es otro equipo y nosotros (personal de entrenamiento) haremos lo mejor para asegurar un enfoque en su propia acción y no con la realizada por el equipo de 1997”.

Guardando lo mejor hasta el fin, Australia terminó airoso las siete entradas finales del Campeonato, contra un muy digno enemigo, Japón, fijando así un récord mundial de ser el primero en irse invicto en la historia de la competencia.

Mientras el equipo de Australia atravesó los ocho días de competencia con pequeños problemas, el estándar fijado en el Centro Olímpico de Blacktown no puede ser menos que aplaudido. Metas cumplidas y fijadas, héroes hechos, récords rotos y alcanzados.

Desde el principio, el Junior Mundial del Lanzamiento Rápido 2001, fue algo especial y fijó el estándar para los Hombres del Softball por muchos y emocionantes años venideros.

Del 21 al 28 de Abril del 2001, la sede de la clase mundial que es el Centro Olímpico de Blactown en Sydney, Australia, jugó el papel de anfitrión de 170 jóvenes de diez países a través del mundo: Argentina, Australia, Canadá, República Checa, Israel, Japón, México, Nueva Zelanda, Estados Unidos y Venezuela, cada uno, continuando con una tradición que se desarrolló hace dos décadas.

De los diez equipos solo Japón y Canadá han competido en cada Campeonato Mundial Junior desde su comienzo en 1981. Estados Unidos, México, Argentina, competidores inaugurales; Nueva Zelanda, ganador de dos títulos y dos medallas de plata. Australia entró a competencia en 1993; Venezuela y República Checa debutaron en 1997.

Solo Israel haría su primera aparición y fue una aparición que muy temprano no vino a la fricción. La Asociación de Softball de Israel no pudo reunir los fondos para el equipo y fue difícil encontrar un patrocinador, entonces esto se hizo posible con propios fondos de los jugadores pagar el registro.

La gente en Israel juega soccer y basketball, entonces es muy difícil encontrar patrocinadores”, dijo el Coach Gersen “Goose” Gillette. “Los muchachos pagaron la mitad de su viaje lo cual fue acerca de $700 cada uno”.

Igualmente como retador estuvo Venezuela. El menos afortunado equipo llegó tarde a Sydney, para la competencia del Jueves a su juego de apertura con México como contrincante, pero problemas de visa y demoras los llevó a viajar a Sydney, vía Chile, Los Angeles, Londres y Singapur. Llegando a tres días de competencia, el cansado, pero emocionado equipo tomó el diamante solo cuatro horas después de sus 48 horas para enfrentarse al poderoso equipo de Nueva Zelanda, quienes estuvieron forzados a venir de atrás para asegurar su victoria. Un resultado que tuvo el más ardiente apoyo de los Kiwis aplaudiendo la proeza y determinación de los retrasados.

Perseguido por la lluvia el día del juego de apertura, los primeros juegos del campeonato finalmente estuvo en su vía a las 6:oo p.m., entre Australia y República Checa, Israel y Nueva Zelanda. Además de programar de nuevo varios de los juegos a lo largo de la semana, empezó a verse claro solo a los dos días de juego, en donde los líderes de la competencia empezaron a verse.

Australia con los poderosos bateadores Matthew White y el vice-capitán Michael Tanner tuvo pequeños problemas para deshacerse de sus oponentes y colocarse arriba rompiendo anotaciones. James Darby registró un invicto 132/km/ph desde el plato de lanzamiento y Andrew Kirkpatrick, Scott Norman y Luke Lee Tet, estuvieron igualmente como retadores con la pelota. Nueva Zelanda tuvo a William Raston, Carlaus Te Kawa y al joven de 16 años, Frank Ponton, agregando a su inmensa cuenta de carreras con un muy pulido diamante como retroceso, incluyendo a Haizley Martin, hermano menor del capitán del Black Sox y experimentado veterano de Campeonato Mundial, Jarrad.

Canadá estuvo previsto a ser un gran contrincante, después de perder con Australia 7-0 en el juego 15, con el lanzador Jeff Wilson que rápidamente ganó fuerte reputación desde el plato y la velocidad de Japón y sus habilidades sobre el terreno, entre las bases que hicieron el daño necesario para darles la oportunidad al anunciado título.

No estando totalmente descontada la posibilidad para Argentina, República Checa, Venezuela y México estuvieron mostrando signos de determinada agresión que pusieron temor en todos, para lograr ser el primero de los cuatro contrincantes. Estados Unidos, en particular, Garrett Hone, mostró algunos signos de poca competencia, mientras que Israel quien luchó desde el cajón del bateador, mostró un corazón que podría querer a todos.

Después del tercer día, el Campeonato lució ser un negocio Trans Tasman entre Australia y Nueva Zelanda, los dos empataron en cinco juegos y cinco ganados por cada uno. Combinados tuvieron un total de 105 carreras, registrando Nueva Zelanda 57, con ocho carreras en contra y Australia, 48 con una carrera en contra.

Japón ahora considerado como el primero de los equipos rivales más cercanos, con cuatro ganados, de cuatro juegos, el lanzador Naoki Otazawa, estuvo probando abrumadamente desde el plato del lanzador con exacto e inteligente lanzamiento, mientras Subaru Takahashi tuvo una ejecución brillante desde la tercera posición en la alineación al bate. Japón mostró algunos signos de lucha cuando se enfrentó con la agresión de México y Argentina, quienes vinieron con un toque de victoria. El cuarto día trajo la contrariedad más grande del Torneo, con una raramente vista y no confiada Nueva Zelanda con un 2-1 con Japón. Argentina y República Checa estuvieron buscando a ser nombrados sorpresivamente como seleccionados, para la cuarta posición final y Canadá en peligro de perder su lugar, derrotada por República Checa 1-0 a última hora en el día.

Ejecuciones individuales también estuvieron empezando a tomar forma, después del cuarto día. Raston de Nueva Zelanda, quien cumplió sus diecisiete años estando en el Campeonato y el Australiano White, se encontraron en una carrera para romper el récord del home run fijado en 1985, por el Americano Michael Ginger e igualado en 1993 por el Canadiense, Rob Giesbrecht. Raston y White empataron en el número de récords – cuatro, mientras Tanner, Te Kawa, Carlos Sanz (Venezuela) y Miguel Valle (México) tuvieron tres.

White se aproximó rápidamente al récord de RBI, que fue colocado en 21, por el Japonés Tomako Okamoto en Nueva Zelanda, en 1993 y el Japonés Atsushi Kinoshita, cerca al récord de carreras de 14, fijado por Doug Midleton en 1981 en Estados Unidos.

En el quinto día, mientras la vasta mayoría de Australianos y Nuevo Zerlandeses, estuvieron recordando lo heroico de la Primera Guerra Mundial, los dos lados tuvieron un encuentro en un especial ANZAC. Este fue un juego que tuvo una continuada forma en reputación a medida que la competencia fue progresando y donde se vieron varios y pocos usuales errores cometidos por los dos equipos. Australia eventualmente ganó el juego 2-0 para permanecer al único lado invicto y solidificar su posición en la delantera. Canadá reforzó su posición en el torneo anterior con su final contrincante en una fuerte ejecución contra México, mientras que Japón con su única pérdida en las manos del equipo de casa, buscando consolidar la segunda posición a pesar de una herida que tuvo Takashi cuando se deslizó en la tercera base después de quebrar su bate desde el cajón.

Los resultados del último día en las rondas preliminares pusieron un poco al descubierto las primeras cuatro posiciones y el Centro Olímpico de Blacktown le dijo adiós a Argentina, México, República Checa, Estados Unidos, Venezuela e Israel. Pero no sin antes proveer, una intensa y emocionante competencia, incluyendo la fiesta con el bate 17-14, entre México y Estados Unidos.

En un resultado impactante en el primer juego preliminar de la serie final y el jubiloso y revitalizado lado Canadiense puso a Nueva Zelanda fuera de competencia. Nueva Zelanda, fue el primer equipo que compitió en 1985 y el único que ha competido en las cuatro gran finales.

Dennis Dolejs, entrenador principal del Junior Black Sox, estuvo extremadamente decepcionado con la pérdida de su equipo.

“Obviamente estamos decepcionados con el resultado del equipo, porque realmente quisimos ganar” dijo Dolejs. La intensidad de Canadá con el bate estuvo excelente y nuestra defensa demasiado débil”.

A pesar de lo desilusionado, Dolejs estuvo orgulloso de los jóvenes de su equipo, quienes, muchos estarán sin duda delineados a jugar como adultos en algún momento en el futuro.

“Yo estoy desilusionado con los resultados, pero no con las ejecuciones individuales”.

La pérdida vino con un poco de éxito dulce con Raston finalizando su Campeonato con un récord mundial de 6 cuadrangulares y el promedio más alto al bate .583.

El ganador por Canadá sin embargo, les aseguró una medalla y les permitió una entrada en el preliminar de la final contra Japón quien estrechamente había ido abajo en uno de los encuentros más cercanos con el equipo de casa, el cual incluyó otro cuadrangular de White.

Además de un galante esfuerzo y el último home run de Brad Orr en la segunda parte de la séptima entrada, para llevar el juego a entradas extras, el cuento de hadas para Canadá terminó en la forma más devastadora. Con tres corredores en base y solo un out, Wilson, el lanzador líder de Canadá, permitió una salida y golpeó a Takeru Yasui en el casco, dándole a él la primera base y haciendo progresar a su compañero de equipo, Tatsunori Yamora hacia el plato para la carrera ganadora.

“Nosotros dimos un par de carreras y cuando esto sucede, tu no puedes cometer errores en este nivel”, dijo el coach Mark Smith después. “Pero nosotros vamos a casa con una medalla y esto es importante y pienso que es un premio por los esfuerzos de los muchachos”.

Smith también reconoció el aumento en el nivel de ejecuciones en la competencia. “Supinos que podría ser un pensamiento venir aquí, porque solo tuvimos dos semanas juntos para prepararnos y cada vez que tu vienes a estos torneos el obstáculo aumentó. Australia y Japón han mejorado, Argentina ha mejorado, entonces hay una pocas cosas que tenemos que hacer, para que la siguiente generación de los jugadores de bola Canadienses esté en buena forma”.

Justamente, los dos mejores equipos de la competencia, Australia y Japón, habían quedado para pelear por el título de Campeones Mundiales y fue muy fácil para el equipo de casa. Con la grandeza de facilidad, Australia fue directo a ganar, derrotando a la astuta máquina Japonesa, 8-0. Raston dejó su récord mundial a White, quien ciñó dos outs para fijar la época de 7 cuadrangulares y también mejoró los ocho años del récord de Okamoto al finalizar el campeonato con 22.

Tan bueno como una, sin igual defensiva, el lanzador de Australia, Andrew Kirkpatrick fue un factor fuerte en la victoria. Él tuvo un trabajo pesado en los últimos días del torneo, pero no mostró ningún signo de fatiga desfilando así otros diez strikeouts para llevarlo a un total de 54. Kirkpatrick también registró cuatro asistencias en la Gran Final.

A pesar de la pérdida, el equipo Japonés estuvo más que feliz con su medalla de plata. Al concluir el juego, el entrenador principal de Japón Takuo Hirose, quien tuvo la ardua tarea de tomar su equipo a través de una eliminación final a solo horas antes, dijo: “Nosotros estamos desilusionados y aunque jugamos bien, el equipo Australiano estuvo mucho mejor en el día”.

Esta fue solo la segunda aparición de Japón en la Gran Final, la primera fue en el Campeonato Inaugural en 1981, en donde tomó la de Oro.

Adicionalmente a la medalla de plata, sin embargo, Kinoshita también fijó un nuevo récord mundial de más carreras, repasó el total de 14 por Middleton y finalizó su Campeonato Mundial con 20 carreras de 34 veces al bate.

Este fue un momento de Australia, y un extático y emotivo Lindsey Carroll, quien fue un asistente al entrenador en 1997, no pudo alabar mejor sus responsabilidades. Carroll dijo: “Una vez más fue un esfuerzo de equipo” “Este estuvo más difícil que el último título que Australia ganó, porque los muchachos tuvieron más presión sobre ellos al estar frente a su país y a su gente”.

“Las expectativas fueron altas y yo no puedo explicar cómo estoy orgulloso de ellos, de los jugadores y oficiales. Hicieron un gran trabajo toda la semana y conservaron lo mejor hasta el final”.